Eulogio Estarta Landa. SIGMA
La industria de las armas vive su última gran época de esplendor durante la 1ª Guerra Mundial (1914 – 1918). Después llega el declive: toca renovarse o morir y la metamorfosis es deslumbrante. Las empresas abandonan la fabricación de armas y, acto seguido, comienzan a fabricar máquinas – herramienta (Ciaran y Estarta, Cruz Ochoa, Orbea), bicicletas (B.H., Orbea, G.A.C.), máquinas de coser (Alfa, Sigma), etc. como si llevaran haciéndolo toda la vida. Y, en cierto modo, así era. Todo el bagaje transformador acumulado durante siglos no cayó en saco roto.
La diversificación no hubiera sido posible sin la experiencia acumulada durante la deslumbrante y exitosa historia armera de la comarca, porque la fabricación de armas requiere sobre todo conocimientos y precisión. Aquel que es capaz de fabricar un arma es capaz de fabricar cualquier cosa.
José León Ciaran (1876-1948)
Nació en el caserío Mizpillibar del barrio de Alzola en Elgoibar. Hizo sus primeros estudios en Alzola y en 1890 inició el aprendizaje de armero en Markina. Participó en la Guerra de Cuba, donde conoció a Juan Caballero, abogado donostiarra.
A la vuelta de la guerra volvió a trabajar en Markina, hasta que se independizó montando un taller en la calle de San Francisco de Elgoibar, en 1898. Su amigo, Juan Caballero, le acompañó a Bélgica, donde consiguió los planos para fabricar taladros. Inició el negocio con la colaboración y ayuda de sus socios, el médico Tomás Zubizarreta y Juanjo Goyogana.
Eulogio Estarta (1891-1955)
Procedía de una familia obrera con insuficientes medios para proporcionarle una enseñanza reglada. A los doce años quedó huérfano de padre, viéndose obligado a ingresar como aprendiz en Fundiciones San Pedro de Elgoibar, para contribuir a las necesidades de su familia, puesto que era el mayor de los hermanos.
En San Pedro realizó el aprendizaje de ajustador mecánico. Estarta era un joven muy responsable, asumiendo el sacrificio de capacitarse fuera de las horas de trabajo, acudiendo a las clases nocturnas de la Escuela de Artes y Oficios de Elgoibar, llamando la atención de sus profesores por su gran disposición para el dibujo y la mecánica.
Con el afán de perfeccionarse, Estarta se desplazó a Bilbao, donde, durante algún tiempo, alternó su trabajo en un taller mecánico con los estudios de dibujo y mecánica. Con 23 años regresó a Elgoibar, asociándose como hemos visto con Ciaran.
El 21 de abril de 1914 se constituye la sociedad Ciarán y Estarta, formada por José León Ciarán Arrillaga y Eulogio Estarta Landa. El nuevo taller se inició en la reparación y construcción de máquinas y dispositivos para la industria armera, destacando la construcción de máquinas herramienta.
El capital disponible para desarrollar su negocio pronto fue insuficiente, razón por la cual José León Ciaran y Eulogio Estarta dieron entrada como socio al comerciante elgoibarrés Teodoro Ecenarro. El 21 de setiembre de 1915 se constituye la sociedad colectiva regular, denominada Ciaran, Estarta y Cía., dedicada a la construcción de maquinaria con domicilio social en Elgoibar, calle San Francisco, casa sin número, propiedad de Juan Irusta.
El 18 de setiembre de 1920 se produce una rescisión parcial de la sociedad Ciaran, Estarta y Cía., transformándose en Estarta y Ecenarro. José León Ciaran, deja de pertenecer a la sociedad y, a partir de la fecha de la firma de las escrituras, la sociedad que ha girado a nombre de Ciaran, Estarta y Cía., girará bajo la razón social de Estarta y Ecenarro. Respondieron de las deudas contraídas y pocos años después era una empresa rentable y consolidada.
En la época de la Guerra Civil (1936-1939), Estarta y Ecenarro, instalada en la calle Santa Ana, se dedica, como otros muchos talleres de la zona, a la fabricación de armamento. Terminada la Guerra, con el fin de emprender la fabricación de máquinas de coser, adquieren terrenos junto al cementerio de Olaso, donde construyen nuevos pabellones para simultanear la construcción de máquinas – herramienta y la fabricación de máquinas de coser Sigma.
En la nueva fábrica, ante la fuerte demanda de después de la Guerra Civil, aumentan paulatinamente la producción y gama de taladros de columna y sobremesa. Fabrica sucesivamente varios tipos de prensas excéntricas, de cuello de cisne y doble montante.
Hacia 1948, fabricó el primer torno copiador hidráulico, basado en un modelo suizo de la firma Dubied. Fue también el primer fabricante de rectificadoras sin centros, con el lanzamiento de un pequeño modelo, y completando la gama en años sucesivos.
La participación de la mujer en la fabricación de máquinas de coser ha sido decisiva en la producción, montaje y fileteado de las mismas. Por lo general la mujer al tener las manos mas pequeñas y finas estaba mas capacitada para el manipulado y el montaje de piezas pequeñas de estos productos que demandaba habilidad y no fuerza física. Una parte de la compensación se destinaba a contribuir a la economía doméstica, pero sin embargo, la incorporación al mundo laboral supuso su independencia. La incorporación de la mujer al mundo laboral y la difusión creciente de ropa confeccionada conlleva que las amas de casa empiecen a dejar de coser en el hogar sufriendo una acusada caída la venta de las máquinas de coser.
Además, con la incorporación de España a la Unión Europea, Estarta y Ecenarro (SIGMA) no supo adaptarse a la nueva situación. Las empresas vascas se dieron cuenta de que estaban lejos de ser competitivas en los mercados internacionales y de que llevaban un retraso de casi una generación en cuanto a la evolución tecnológica.
En 1990 Estarta y Ecenarro saca al mercado una nueva máquina de coser la “Sigma Book” que fue un fracaso. Con ello llega el principio del fin de Estarta y Ecenarro y en el año 1995 se procede a la liquidación de la empresa.
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