martes, 14 de febrero de 2017

HISTORIAS DE SAN VALENTIN SAN VALENTIN, FIESTA PAGANA DIA DE LOS ENAMORADOS




HISTORIAS DE SAN VALENTIN SAN VALENTIN, FIESTA PAGANA DIA DE LOS ENAMORADOS





La fiesta de San Valentín, Día de los Enamorados, es la cristianización de las fiestas de la fertilidad, tan antiguas como la humanidad. El cristianismo tomó el testigo de las Lupercales, celebradas por los romanos ya en el siglo IV antes de Cristo: el 15 de febrero, ante la cueva consagrada al dios Luperco, los sacerdotes inmolaban corderos y perros, los desollaban y cubiertos con sus pieles, y blandiendo látigos de cuero, emprendían la persecución de la multitud que había asistido al sacrificio, azotando a distro y siniestro, en particular a las mujeres para atraer sobre ellas la fecundidad. Estas fiestas fueron condenadas definitivamente por el papa Gelasio I el 494, lo que dio lugar a su transformación en fiesta cristiana, desplazada al 14 de febrero, fiesta de San Valentín. Los anglosajones volcaron en esta fiesta las ancestrales costumbres de los primitivos pobladores de Inglaterra y de Escocia, que celebraban la fiesta de la fertilidad, como antesala de la primavera; en ella los jóvenes de cada tribu elegían pareja por sorteo. Misson, escritor francés del siglo XVII, describe así la fiesta de San Valentín en Inglaterra: "La vigilia del 14 de febrero, día de San Valentín, época en que toda la naturaleza viviente tiende al desarrollo, los jóvenes en Inglaterra y en Escocia, en virtud de una antiquísima costumbre, celebran una fiesta que tiende al objeto dicho: muchachos y muchachas escriben cada uno su nombre en billetes separados, los arrollan y luego los sortean, tomando las muchachas los billetes de los muchachos y viceversa, de modo que cada uno de éstos encuentra una joven, a la que llama su Valentina, y cada moza un muchacho al que llama su Valentín. De este modo cada uno tiene un doble Valentín y una doble Valentina. Pero el Valentín se dedica más intensamente a la Valentina que le ha tocado en suerte que a la Valentina a la que él ha tocado en suerte. Asociados los concurrentes en diversas parejas, los Valentinos dan bailes y presentes, llevan durante algunos días sobre el corazón o en la manga los billetes de sus Valentinas y a menudo el amor se cuela sin darse cuenta. Esta pintoresca ceremonia se practica diversamente en las varias provincias y según la mayor o menor formalidad de las Valentinas. También se acostumbra tomar por Valentín o Valentina al primer mozo o a la primera moza, respectivamente, que se encuentra en la calle o en otro sitio en dicho día."









lunes, 13 de febrero de 2017

ALAN TURING matematico de la informatica moderna




ALAN TURING matematico de la informatica moderna





 En ocasiones el tiempo hace justicia y reivindica la figura de estos genios olvidados. Está pasando con Tesla y también con Turing, cuyo nombre es cada vez más popular. Este 2015 está siendo clave para la imagen del matemático de cara al gran público. En primer lugar, su historia se ha colado en los Oscar gracias a la película The Imitation Game, donde el actor Benedict Cumberbatch da vida a Turing. Además, el próximo junio se cumplirán sesenta años de su muerte y, mucho antes, el próximo lunes 13 de abril, se subastará una libreta de 56 páginas con anotaciones escritas por él mismo. Los expertos han datado la libreta en el año 1942, cuando Turing lideraba al grupo de analistas que luchaba por descifrar el código secreto de los nazis. Turing legó la libreta que sale a la venta a su compañero Robin Gandy junto con otros papeles. El también matemático depositó gran parte de ese legado en el archivo del King's College, en Cambridge, pero conservó esa libreta, que ha sido puesta a subasta por un vendedor anónimo y se rematará este lunes en la sala de Bonhams en Nueva York.
Entre los textos y fórmulas matemáticas que Turing esbozó en las páginas de esa libreta se encuentran algunas de las ideas que acabarían convertidas en las bases de la actual computación. La especialista en manuscritos de la casa de subastas Cassandra Hatton aseguró que la libreta es "probablemente el manuscrito de Turing más extenso" que se conserva. "Trabajaba en lógica y en los fundamentos de las matemáticas para intentar crear un lenguaje universal para las computadoras", detalló la experta. El documento saldrá a subasta por un precio estimado de un millón de dólares (860.000 euros).
Una vida peculiar
Su papel en la Segunda Guerra Mundial fue clave y además es considerado uno de los padres de la informática moderna pero, más allá de esos grandes méritos, son los extraños avatares de su vida los que lo han convertido en un personaje de gran atractivo histórico. Brillante desde niño, muy aficionado a los números, los crucigramas y los rompecabezas, su vida está salpicada de llamativos acontecimientos. Por ejemplo, en 1926, con catorce años, ingresó en el internado de Sherborne en Dorset. Su primer día de clase coincidió con una huelga general en Inglaterra, pero eran tantas sus ganas de acudir a la escuela que recorrió en bici 96 kilómetros y medio y pasó una noche en una posada para poder acudir. Tal hazaña le valió aparecer en la prensa local. Este hecho no fue algo aislado sino que demostraba un verdadero gusto de Turing por el deporte, quien se aficionó a correr y llegó a competir en maratones con muy buenos resultados. En la escuela conoció a Christopher Morcom, un chico un poco mayor que él que no tardó en convertirse en el primer amor de Turing, un amor secreto que nunca llegó revelarle puesto que Morcom falleció en 1930 de tuberculosis. Su muerte produjo en Turing un gran impacto que destruyó su fe religiosa y afectó a su forma de pensar.
En cuanto a su personalidad, Turing era tímido y tenía un leve tartamudeo, pero no era tan excéntrico como se le muestrae en The Imitation Game. De hecho, algunos aseguran que tenía un gran sentido del humor. Eso no le libró de controversias y enfrentamientos, llegando a discutir acaloradamente con el célebre filósofo Wittgenstein sobre la importancia de las matemáticas. A lo largo de su carrera dio a luz a la llamada máquina de Turing, elaboró el test de Turing —que pone a prueba los límites que puede alcanzar la inteligencia artificial—, creó el primer programa de ajedrez y, en resumen, se convirtió en todo un referente de la informática, la cibernética, la lógica y las matemáticas.
Sin embargo, su brillante trayectoria se vio truncada en 1952 cuando acudió a la policía para denunciar un robo en su casa. Durante la declaración confesó su homosexualidad y fue acusado de indecencia grave y perversión sexual, que estaban considerados delitos graves en el Reino Unido de aquella época. Una vez condenado, se le dio a elegir entre la cárcel y la castración química. Turing optó por esto último, un proceso que le produjo grandes cambios físicos y acabó afectando a su trabajo. Dos años después murió tras morder una manzana envenenada con cianuro. Aunque habitualmente se da por hecho que Alan Turing se suicidó, a lo que contribuye el carácter poético e histórico del cianuro y el hecho de que Blancanieves y los siete enanitos fuese la película favorita del genio, aún se debate sobre su muerte. Algunos dicen que pudo haber sido un simple accidente consecuencia de un descuido mientras que otros como el profesor de filosofía Jack Copeland no descarta la idea del asesinato.
Tras una masiva petición popular, en la que intervinieron conocidas figuras británicas, la reina Isabel II concedió un indulto póstumo a Alan Turing en diciembre de 2013. No es el único homenaje que ha recibido el matemático recientemente. En los últimos quince años, su nombre y su rostro no han cesado de recibir reconocimientos en forma de novelas, conmemoraciones, estatuas e incluso a través de un doodle de Google que en junio de 2012 logró que muchos internautas descubrieran la fascinante historia de este cada vez menos desconocido genio. Hasta entonces, el único reconocimiento que tenía el matemático era el premio Turing, que se otorga desde 1966 a quienes hayan contribuido de manera trascendental a la informática.

viernes, 10 de febrero de 2017

JUAN DE URBIETA el soldado español que apreso a Francisco I rey de Francia




JUAN DE URBIETA el soldado español que apreso a Francisco I rey de Francia




Hasta entonces era un anónimo. Uno más de los muchos soldados que en el siglo XVI defendían los intereses españoles en una de las muchísimas batallas que por aquel entonces se desarrollaban contra las otras potencias. Nos situamos. Estamos en el año 1525, el día 24 de febrero. El lugar, los campos de Pavía, en Italia. Por aquel entonces el gran enemigo era Francia y al frente de su gobierno, su rey, Francisco I. Nuestro protagonista, de origen guipuzcoano, se llamaba Juan de Urbieta. 


Urbieta había nacido en Hernani en tiempos de los Reyes Católicos y, después de servir como criado en la Casa de los Artola, durante su estancia en San Sebastián consideró que la mejor forma de defender a su país era comenzar con la carrera militar. Pronto fue a luchar a Italia. Se encontraban en aquel entonces los franceses rodeados territorialmente por las posesiones del emperador Carlos I y trataban de hacerse con territorios de la actual Italia. Dentro de esta guerra resulta especialmente significativa esta batalla de Pavía en tanto que supuso una de las capturas más sobresalientes de toda la historia de España. Nada menos que la figura central del enemigo. El mismo rey de Francia.


Como es normal en estos casos en los que el tiempo, por un lado, y la vanidad de quienes participaron en el acontecimiento, por otro, enturbia tanto la realidad de lo sucedido, son diferentes las versiones de los hechos y variables los actores de la misma. Lo que parece claro es que el soldado vasco estuvo allí, y fue figura central en la captura. Se tiende a considerar como fuente más fiable los escritos de Prudencio de Sandoval, ya que refiere las palabras de un testigo presencial en los hechos, Juan de Oznayo. Parece ser que en un envite de la batalla, el rey Francisco I se encontró prácticamente solo, a caballo, y trató de huir por un puente que cruzaba el río Tesino “cuando un arcabucero le mató el caballo, y yendo a caer con él, llegó un hombre de armas de la compañía de Don Diego de Mendoza –llamado Juanes de Urbieta (…)– y fue sobre él al tiempo que el caballo cayó. Y poniéndole el estoque al costado por las escotaduras de las armas, le dijo que se rindiese”. Es de imaginar la gran sorpresa que sufrió al saber que acababa de capturar al monarca de la todopoderosísima Francia, cuando a buen seguro que en principio no pensó que tuviera bajo su estoque a un personaje de tan alta ralea.


Cierto es que la tradición, que es la que manda casi siempre en el recuerdo popular, ha otorgado todo el mérito y la fama del prendimiento al susodicho Urbieta, pese a que otras versiones refieren el protagonismo o al menos la participación de otros compañeros de armas. Y esto parece confirmado por el hecho de que Carlos I otorgó también privilegios a los soldados Juan de Aldana, Diego Dávila y Alonso Pita.  No en la medida en que se le concedió a Urbieta, cuyo ascenso a capitán de caballería y el ingreso como caballero en la Orden de Santiago, deja bien a las claras el aprecio regio por su hazaña. Y quizá no haya mejor descripción de tal acontecimiento, sin duda casual, pero que indudablemente cambió radicalmente su vida que representaciones del escudo de armas con que fue honrado: en él mismo el las campo verde y el río encarnan al lugar donde fue hecho preso Francisco I; junto a ellos medio caballo en cuyo pecho domina una flor de lis con corona, el símbolo de la monarquía gala; un brazo armado con el estoque levantado representa la detención realizada con éxito por Urbieta.



miércoles, 8 de febrero de 2017

ALONSO DE LEON Y EL ESTADO DE TEXAS




ALONSO DE LEON Y EL ESTADO DE TEXAS






Tras ser advertidos los gobernantes españoles por los marinos y militares que circunnavegaban el golfo de México desde 1668 del peligro de que Francia estableciese un asentamiento en aquella área finalmente se materializó en 1684 pero no, no fue en Luisiana, si no en lo que más tarde sería Texas. 
En efecto, este fue el primer asentamiento europeo en Texas y el virrey Mendoza ordenó localizar y destruir la colonia gala. Cinco expediciones por mar y cinco por tierra hicieron falta para localizar la colonia fundada por Rene Robert Caballier, sier de La Salle.
Cuatro de las cinco expediciones por tierra las lideró Alonso de León "el mozo", hijo del fundador de la villa de Monclova. Expediciones sobre un terrtorio del que tan sólo se tenia la información aportada por Cabeza de Vaca 60 años antes aproximadamente. La ayuda de un francés cautivo de los indios carancahuas fue decisiva para encontrar la colonia. En esta expedición se toparon con un grupo de indios, en principio temerosos, que al comprobar que los españoles no tenían malas intenciones les saludaron gritando “¡tejas, tejas!”, palabra que identificaban con “amigo” y que a la postre daría el nombre a la provincia. Finalmente el 21 de abril de 1689, tras cuatro años de búsqueda, la expedición encontró los restos del fuerte Saint Louis. La imagen del asentamiento francés saqueado y los cadáveres aún diseminados por las calles causó una profunda conmoción entre los expedicionarios, habían sido los indios carancahuas.
Esta expedición y el hallazgo, hasta entonces un mito, de la colonia francesa sirvió para que al año siguiente ,en 1690, se le ordenase erigir entre los indios Tejas misiones franciscanas, dando con ello a la ocupación de la provincia de Texas, que estuvo en manos españolas hasta 1723.
Tras establecer las misiones en la nueva provincia, Alonso de León cayó en desgracia, sus desavenencias sobre cómo actuar, con el prior franciscano Massanet lo que le valió el ostracismo quedando su proceso inconcluso al morir unos meses más tarde en Monclova, era 1691. Texas será una provincia española hasta 1823, que se entregó al primer gobernador mexicano. En 1836 se independizaría tras la batalla de San Jacinto de México liderados por Sam Houston (quien le dio nombre a la ciudad) y en 1846 pasó a formar parte de Estados Unidos. Es muy injusto que hoy día se diga que el padre de Texas fue Stephen F. Austin (de los primeros colonos anglosajones en Texas). Para mi siempre será aquel capitán español que nombró la mayoría de los accidentes geográficos de la provincia y estableció los primeros núcleos hispánicos en el este de lo que hoy es Texas.