viernes, 27 de enero de 2017

PEDRO MENENDEZ DE AVILES




PEDRO MENENDEZ DE AVILES





(Avilés, España, 1519-Santander, 1574) Marino y administrador colonial español. En sus primeros tiempos fue corsario y dirigió sus ataques contra los piratas que navegaban por las costas del Cantábrico. En 1554, Felipe II le confió el mando de la flota que lo conduciría a Inglaterra para contraer matrimonio con María Tudor. Dos años más tarde fue nombrado capitán general de la Flota de Indias. Tras luchar en Flandes contra los franceses y participar en la batalla de San Quintín en 1557, marchó como adelantado y gobernador de Florida en 1561, y expulsó de la colonia a los hugonotes franceses que allí se habían asentado. Dicha expulsión estuvo plagada de dificultades y culminó con una terrible matanza, tras la cual los franceses fueron arrojados definitivamente de la Florida. En 1567, con el cargo de gobernador de Cuba, levantó la primera carta geográfica de Cuba, Florida y las Bahamas. Falleció en España mientras estaba ocupado en la organización de la Armada Invencible.



El fundador de San Agustín, la primera ciudad de Estados Unidos
Una vida en la que durante cincuenta y cinco años defendió nuestras enseñas allá donde fuera requerido, doblegando a los enemigos (principalmente franceses hugonotes, piratas y corsarios, además de herejes) por doquier, en toda la zona del Caribe, donde fue amo y señor, bandera, estandarte y líder durante décadas, aunque a veces él mismo tuviera que poner miles de maravedís de su propio bolsillo para defender su causa y la de España.
"San Agustín fue cedida a EE. UU. en 1821 a cambio de cinco millones de dólares y la promesa, luego incumplida, de que se respetarían las posesiones que España todavía conservaba en Texas."
En San Agustín Pedro Menéndez cuenta con un monumento ante el Ayuntamiento, en el cual es frecuente ver ondear la bandera de la cruz de Borgoña.




miércoles, 25 de enero de 2017

CRISTOBAL COLON O PEDRO ALVAREZ DE SOTOMAYOR (PEDRO MADRUGA)




CRISTOBAL COLON O PEDRO ALVAREZ DE SOTOMAYOR (PEDRO MADRUGA)





Hay episodios de la Historia que sabemos que sucedieron así porque así nos lo contaron y así los archivamos en la carpeta de hechos irrefutables. Asumimos que si viene escrito en los libros tiene que ser cierto, haciendo buena la frase atribuida a  Göbbels: “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”.
Que cinco siglos después del descubrimiento de América —o de la conquista, como dicen por acá—, sigamos creyendo que el hito fue comandado por un genovés llamado Cristobal Colón, es uno de estos casos.

Pedro Álvarez de Sotomayor, se llamaba el tipo, y no lo digo yo, lo dicen cientos de historiadores que han investigado sobre el asunto. Para empezar por algún sitio, os diré que en esa época el único lugar documentado donde aparece el apellido Colón es en Pontevedra. Colón; ni Colombo, ni Colonne, ni Colom, ni ninguno de los apellidos que han aparecido por ahí y que otros han querido relacionar con el del descubridor. Colón era el apellido materno de Don Pedro Álvarez de Sotomayor, conde de Camiña, apellido que perdió en el momento en el que fue reconocido por su padre como hijo legítimo. En la época lo llamaban popularmente Pedro “Madruga” porque al pájaro le gustaba atacar de madrugada para pillar desprevenidos a sus enemigos.

Existen varias pruebas caligráficas y estudios grafológicos analizados por expertos que afirman sin género de dudas que los documentos comparados, firmados por Cristobal Colón y por Pedro Madruga, están redactados por la misma persona. De hecho, la extraña rúbrica que utiliza el Almirante está compuesta por varias iniciales que se corresponden exactamente con el árbol genealógico de la familia Sotomayor. Por sí mismo, estos argumentos ya deberían bastar, pero resulta que hay más, mucho más. Como el estudio comparativo de ADN que logró realizar un profesor de la Universidad de Illinois, descendiente de los Sotomayor de Puerto Rico, cuyo resultado arrojó una coincidencia del noventa y tres por ciento con el código genético de Cristóbal Colón. O el hecho de que el Almirante utilizara los topónimos que se localizan en las Rias Baixas para bautizar los lugares que fue descubriendo. Más de cien, concretamente. Extraño para tratarse supuestamente de un genovés, ¿no?


–En primer lugar, habría que decir que en la Baja Edad Media resultaría imposible que un desconocido comerciante, genovés o no, fuera recibido personalmente por algún monarca. Sin embargo, sí está debidamente documentado que Don Pedro Álvarez de Sotomayor, valiéndose de su condición de noble y como cabeza de la familia más poderosa de Galicia, pidió audiencia a los Reyes Católicos para reclamar la devolución de las posesiones, tierras y bienes que les habían sido arrebatadas como castigo por haber apoyado al bando de Juana La Beltraneja durante la Guerra de Sucesión. A cambio, el noble les ofreció compartir con la Corona de Castilla los secretos de la navegación portuguesa. Y en este punto hago constar que está confirmado que Pedro Madruga había trabajado veintitrés años como corsario al servicio de los portugueses. Casualmente, los mismos años de experiencia nunca comprobada que esgrime Cristóbal Colón cuando llega a la corte. Aquí la primera de las muchas casualidades que luego detallaré.


–Los Reyes Católicos, atraídos por la oferta de Pedro Madruga, accedieron a aceptar los servicios del curtido marino, pero condicionaron el acuerdo a que cambiara de identidad. ¿Por qué?
Sin embargo, como buen gallego que era, se las ingenió para cumplir con el requisito, pero no del todo. Así, resolvió recuperar el apellido de su madre: Constanza Gonçalvez de Colón, dato que se desconocía en la corte castellana. El cambio de nombre quedó debidamente reflejado en el registro de visitas de los monarcas ya que, el mismo día que los libros de historia dicen que tuvo lugar la primera audiencia entre Cristóbal Colón e Isabel la Católica aparece anotado el nombre de Pedro Madruga, no el de Colón. Inmediatamente después, cosas del destino, Pedro Álvarez de Sotomayor, conde de Camiña, desaparece de la faz de la tierra y surge por primera vez el nombre de Cristóbal Colón. Antes de ese día se cuentan decenas de documentos del propio Pedro Madruga o que citan a Pedro Madruga; a partir de ese día, ninguno. No queda constancia escrita de su fallecimiento, ni de su testamento. Ni siquiera sus herederos reclamaron sus bienes, lo cual, tratándose de un noble, resulta difícil de creer. Muy en cambio, sobre Cristóbal Colón no hay testimonio escrito de su nacimiento, pero sí de su muerte y primer entierro.


–En la misma iglesia en la que estaba y está enterrado el padre de Pedro Madruga, propiedad de una familia emparentada con los Sotomayor y que resultó ser una de las que ayudó a financiar el proyecto colombino. ¿Otra casualidad?


–Recapitulamos: Pedro Madruga accede a perder su identidad a cambio de que Isabel y Fernando firmen un contrato leonino donde se le reconocieran una serie de derechos en el caso de que la empresa tuviera éxito, un condicionante que se dio forma en el documento conocido como las Capitulaciones de Santa Fe.
–Más o menos, pero con alguna filtración, como la que cometió Lucio Marineo Siculo, cronista de los Reyes Católicos, que cometió el error de escribir en varias ocasiones el nombre de Pedro Colón para referirse al descubridor de las Américas. ¿A qué se debe esto?
–A que conocía su verdadera identidad.
–¡Exacto! Igual que lo conocía el bufón de la corte cuya licencia humorística le permitía hacer chistes sobre el asombroso parecido físico entre Pedro Madruga y Cristóbal Colón.
–Sí, pero la Inquisición estaba ocupada en otros menesteres. Y para finalizar, la concatenación desmesurada de casualidades. A ver si me acuerdo de todas. Uno: la nava capitana que gobernaba Colón era la Santa María, una nao botada originariamente como la Gallega. Dos: la orden del Almirante durante el primera viaje de engalanar las naves y conceder como único día festivo a la tripulación el 18 de diciembre de 1492, día en el que se conmemora la Virgen de la O, patrona de Pontevedra. Tres: que Cristóbal Colón aplicara exactamente los mismos brutales castigos en Las Indias que Pedro Madruga administraba en Galicia como buen señor feudal que era. Cuatro: que el gobernador que nombra Cristóbal Colón para Puerto Rico fuera un hijo de Pedro Madruga. Cinco: que el genovés y el gallego tuvieran exactamente los mismos amigos y enemigos. Seis: la elección de Baiona, en Pontevedra, como puerto de llegada de la Pinta para traer a la corte las buenas nuevas del descubrimiento. Siete: que Colón escribiera utilizando construcciones propias del portugués, muy similar al gallego de la época no al dialecto genovés. Ocho: que Pedro Madruga y de Cristóbal Colón tuvieran diez hijos y que coincidan los tres nombres que se conocen de ellos: Diego, Cristóbal y Hernando. Nueve: que el cronista del primer viaje recogiera que Martín Alonso Pinzón decía que el estilo de navegación del genovés era propio de los marinos gallegos. Y diez, y esta es para nota: ¿sabéis qué nombres puso a los dos primeros indígenas americanos bautizados en España y apadrinados por Colón?


Porque existe un documento en el que Colón dice que era genovés. Documento que, de ser verídico, podría explicarse dentro de la estrategia de engaño urdida por Pedro Madruga y los Reyes Católicos, sin embargo, resulta que se ha averiguado que no es original. Es una copia posterior a la muerte del Almirante.



MARTIN ALVAREZ GRANADERO NACIDO EN MONTEMOLIN (BADAJOZ)





MARTIN ALVAREZ GRANADERO NACIDO EN MONTEMOLIN (BADAJOZ)




El Granadero de Infantería de Marina Martin Álvarez
En la memorable jornada de San Vicente, quedaron una vez más patentes las virtudes militares del Cuerpo, pero entre todos los héroes de la jornada, que fueron muchos, destaca el granadero Martín Álvarez, cuya vida fue publicada en forma novelesca por nuestro antecesor don José Arnao.
Nacido nuestro héroe en Montemolín, Badajoz, pasa a Sevilla para alistarse como soldado en caballería, el 26 de abril de 1.790 y en lo que le dijeron llamarse "los dragones del viento", que en realidad era la 3ª Compañía del 9º Batallón del Cuerpo.
Embarca en el navío "Gallardo", en Cádiz el 16 de septiembre de 1.792; pasa con Gravina a Francia y a principios de 1.794 figura en la dotación del navío "San Carlos" que salía para las Antillas; vuelve en 1.795 con un convoy de dinero, a Cádiz. El 26 de enero de 1.796 sale para Cartagena en el navío "Santa Ana" y pasa luego a la guarnición del "Príncipe de Asturias" y de nuevo en Cartagena pasa (el 1 de febrero de 1.797) al "San Nicolás de Bari", mandado por el Brigadier Don Tomás Geraldino, cuyo buque navega en conserva del resto de la escuadra a Málaga a recibir un gran convoy.
El combate naval de San Vicente, el 14 de febrero, se encuentra en su puesto en la toldilla disparando como granadero contra el navío inglés "Captain", en el que Nelson arbolaba su insignia, y al mismo tiempo estaba de guardia de escolta de la bandera a él confiada.
Abordados por el inglés, toma su sable y arremete contra el oficial que venía en cabeza a arriar y apoderarse de la bandera, y que resultó ser el sargento mayor Guillermo Morris; cargó contra él con tal furia que, después de atravesarlo de parte a parte, queda su sable tan clavado en el mamparo que no puede desprenderlo. Se le echa el enemigo encima, y herido de un balazo en la cabeza salta al alcázar, en donde ve a su comandante tendido en el suelo, malherido, y al acercarse a socorrerle, le dice: "granadero, di a tus compañeros que ninguno se rinda, sino después de muerto".
Todavía le quedan bríos a Martín Álvarez para luchar una hora más al lado de su comandante muerto, y al fin, desangrado, cae exánime. Sólo entonces, y cuando del navío no queda en pie un solo defensor, puede el inglés arriar la bandera del "San Nicolás de Bari".
En un interesante artículo, original del culto y prestigioso historiador militar, general de infantería Bermúdez de Castro, publicado en el periódico "Ahora" el día 14 de julio de 1936, relata una visita a Gibraltar, en donde, en un fuerte, vio un antiguo cañón con esta inscripción: "14 de febrero de 1.797 –"San Vicente"- Ship "Captain"- Ship "San Nicolás"- "Martín Álvarez".
Interesado por esta inscripción, al cabo de cierto tiempo de consultar los ingleses sus archivos, recibe la siguiente contestación: "al arriar los ingleses la bandera del "San Nicolás", encuentran a Martín de centinela junto a la bandera; después de ensartar al oficial como una mariposa con un alfiler, sin poder desprender el sable del mamparo en el que estaba clavado, coge el fusil a modo de maza, tumbó a los que le rodeaban, hizo huir al resto, a los que persigue a mazazos, sube al alcázar y, ya acribillado de heridas sucumbe cumpliendo la consigna. Nadie osa arriar la bandera hasta que el granadero expira".
"Ponen los ingleses una bala a los pies de cada muerto y los arrojan al agua, y al llegar a Martín Álvarez recibe los honores de ser envuelto en la bandera que tan briosamente había defendido; forma la tripulación inglesa y da en su honor tres hurras".
Se publica la Real Orden de 12 de diciembre de 1848, que dispone "que haya perpetuamente en la Armada un buque del porte de diez cañones abajo, que lleve el nombre del heroico granadero". La fragata "Dolorcitas" fue la primera a la que se puso su nombre. Treinta años después (04-07-1.878), y perdido totalmente el buque antes citado, sale otra Real Orden disponiendo que se designe un buque del tipo ya dispuesto para que se le dé el nombre de Martín Álvarez, y que su nombre figure constantemente, y como premio, en la nómina de revista de la 1ª Compañía del 7º Batallón del 1º Regimiento, nombrándole el coronel en la Revista de Comisario.
Se le da su nombre a un cañonero adquirido en América.
La Marina honró a este héroe enviando una compañía de guardiamarinas de San Fernando con la banda de música, cornetas y tambores a dar solemnidad a la inauguración del monumento y paseo que con su nombre le dedicó Montemolín (1.938).
La crónica del oficial inglés relataba la batalla y decía:
“.../..Pero en el barco español “San Nicolás de Bari” queda algo por conquistar. Sobre la toldilla arbola la bandera española que flota al viento cual si todavía el barco no se hubiese rendido. Un oficial inglés que lo observa va a ella para arriar la bandera. Antes de llegar un soldado español, de centinela en aquel lugar, sin apartarse de su puesto, le da el alto, el oficial no le hace caso y se acerca, el sable del centinela lo atraviesa con tal fuerza que lo queda clavado en la madera de un mamparo. Un nuevo oficial y soldados se acercan y el centinela no logrando desasir su sable de donde se hallaba pinchado, coge el fusil a modo de maza y con él da muerte a otro oficial y hiere a dos soldados. Da después un salto desde la toldilla para caer sobre el alcázar de popa donde lo acribillan a tiros los ingleses. Nelson que ha presenciado la escena se aproxima al cadáver silencioso.
Urge desembarazar los barcos de muertos y ruina y se comienza a dar sepultura a los muertos. Todos tienen el mismo trato. Una bala atada a los pies. Un responso del capellán y por una tabla deslizase hundiéndose en el mar. Al llegar al turno al centinela español, Nelson ordena que se le envuelva en la bandera que había defendido con tanto ardor.
Los ingleses comprueban que el centinela Martín Álvarez no estaba muerto, sino mal herido. Lo curan, lo llevan a Lagos, en el Algarve al sur de Portugal y le dan pasaporte para volver a España.
Su Majestad el Rey confió el papel de Fiscal de la causa al Mayor General de la Armada D. Manuel Nuñez Gaona.
En el interrogatorio de Martín Álvarez se dijo lo siguiente:
El General Núñez: - ¿Se encontraba en el navío “San Nicolás de Bari” con ocasión de rendirse este barco a los ingleses?-.
Martín: - Yo no he estado nunca en el “San Nicolás de Bari” en ocasión de rendirse a los ingleses.
El Fiscal: - ¿No te encontrabas en el “San Nicolás de Bari” el 14 de febrero?-.
Martín:-Sí señor¬-.
El Fiscal: ¬-¿Y no fuiste después a poder de los ingleses?-.
Martín:- Si señor-.
El Fiscal: - Entonces, ¿por qué niegas haber estado en el “San Nicolás de Bari” con ocasión de rendirse a los ingleses?.
Martín: - Porque el “San Nicolás de Bari” no se rindió, sino que fue abordado y tomado a sangre y fuego-.
El Fiscal: - ¿Y a qué llamáis entonces rendirse?-.
Martín: - Yo creo, que no habiendo ningún español cuando se arrió su bandera, mal pudieron haber capitulado.
El Fiscal: -¿Pues donde estaba la tripulación?-.
Martín: - Toda se hallaba muerta o malherida-.
Tras la investigación sumaria que se instruyó por el combate el Fiscal se expresa:
"No puedo pasar en silencio la gallardía del granadero de Marina Martín Álvarez, perteneciente a la tercera compañía del noveno batallón, pues hallándose en la toldilla del navío San Nicolás cuando fue abordado, atravesó con tal ímpetu al primer Oficial inglés que entró por aquel sitio que al salirle la punta del sable por la espalda la clavó tan fuertemente contra el mamparo de un camarote, que no pudiendo librarla con prontitud, y por desasir su sable, que no quería abandonar, dio tiempo a que cayera sobre el grueso de enemigos con espada en mano y a que lo hirieran en la cabeza, en cuya situación se arrojó al alcázar librándose, con un veloz salto, de sus perseguidores".
Por los méritos recogidos en la batalla, se le quiso como premio ascender a cabo, impidiéndolo su analfabetismo, aprendió a leer y escribir en pocos meses y fue nombrado cabo el 17 de febrero de 1798 y en agosto de ese mismo año cabo primero.
"El Rey nuestro señor, ha visto con satisfacción el denodado arrojo y valentía con que se portó a bordo del navío San Nicolás de Bari, el granadero de la 3ª Compañía del 9º Batallón de Marina Martín Álvarez, cuando el 14 de febrero de 1797 fue dicho buque abordado por tres navíos ingleses; pues habiendo Álvarez impedido por algún tiempo la entrada a un trozo de abordaje, supo también defender la bandera que el Brigadier D. Tomás Geraldino le había confiado antes de su muerte, y con su valor hizo de modo que aquella se mantuviese arbolada aun después de todo el grueso de los enemigos tenían coronado su navío. Teniendo también S.M. en consideración de la honrada conducta que en el servicio observa Martín, se ha servido concederle 4 escudos mensuales por vía de pensión vitalicia, en premio de su bizarro comportamiento; y es su real voluntad que se les haga saber esta benévola y soberana disposición, al frente de toda la tripulación y guarnición del navío donde se halle embarcado".
Una mañana en que Martín Álvarez estaba de guardia en el navío “Concepción”, sufrió una accidental caída, dándose un fuerte golpe en el pecho por lo que hubieron de desembarcarlo e ingresarlo en el Hospital de Brest, donde falleció el 23 de febrero de 1801.
Cuando la Patria nos ha necesitado, siempre hemos respondido a su llamada sin escatimar esfuerzo y sacrificio.

martes, 24 de enero de 2017

FURIA ESPAÑOLA DE DONDE VIENE EL TERMINO




FURIA ESPAÑOLA DE DONDE VIENE EL TERMINO




Cuando hablamos de la Furia Española, inevitablemente pensamos en el fútbol y en la Selección Española, sin embargo, esta expresión fue acuñada por los enemigos de España, tras el saqueo de Amberes.


El 1 de septiembre de 1575 se produjo la segunda quiebra de la Hacienda Real de Felipe II, lo cual hacía imposible el abono de las pagas que se debían a los soldados del ejército de Flandes, algunas de cuyas unidades llevaban más de dos años y medio sin cobrar, por lo que tenían que vivir de la población, a la que usualmente robaban.
En julio de 1576 el tercio de Valdés se amotinó por ese motivo y ocupó la ciudad de Aalst para saquearla. El Consejo de Estado apoyándose en la indignación por los desórdenes y el cansancio de la guerra, autorizó a la población de los Países Bajos a que se armase para expulsar a todos los españoles, soldados o no, y puso bajo su mando a unidades valonas y alemanas para luchar junto a los rebeldes holandeses contra las tropas españolas.

Aprovechando la situación, las tropas rebeldes intentaron apoderarse del castillo de Amberes.

El 3 de octubre las tropas rebeldes (formadas por casi 20.000 hombres) entraron en la ciudad, cuyos gobernadores les habían abierto las puertas, y tomaron posiciones para asaltar el castillo defendido por tropas españolas al mando de Sancho Dávila.

El tercio de Valdés (unos 1.600 hombres), que habían rehusado anteriormente obedecer cualquier orden sin haber cobrado antes las deudas, al tener noticia del ataque, marcharon sin descanso en dirección a Amberes para ayudar a los sitiados.

En lugar de las banderas del rey, para evitar profanarlas con su delito de rebelión, ondeaban imágenes de la Virgen María. Al pedirles el resto de los miembros de la fuerza de auxilio que recuperasen fuerzas con algo de comida, replicaron orgullosos que:
“Venimos con propósito cierto de victoria, y así hemos de cenar en Amberes, o desayunar en los infiernos”.
Consiguieron entrar en el castillo y reunirse con otras unidades (600 hombres al mando de Julián Romero y Alonso de Vargas) que acudían desde diferentes lugares a socorrer a Dávila. A pesar de que las tropas rebeldes eran mucho más numerosas, los amotinados y la guarnición del castillo se lanzaron al ataque por las calles de la ciudad, haciendo huir a los holandeses.

Algunos de ellos se refugiaron en el ayuntamiento, escopeteando con mosquetes a los españoles. Éstos lo incendiaron, propagándose las llamas por la ciudad. Acto seguido, y debido al gran desorden, procedieron a saquear la ciudad durante tres días, contándose los muertos por millares.

Este acto fue conocido como el Saqueo de Amberes, o Furia Española, y contribuyó a expandir aún mas la Leyenda Negra española, cuya paternidad se suele atribuir a Julián Juderías, el cual la describió así:
[…] el ambiente creado por los relatos fantásticos que acerca de nuestra patria han visto la luz pública en todos los países, las descripciones grotescas que se han hecho siempre del carácter de los españoles como individuos y colectividad, la negación o por lo menos la ignorancia sistemática de cuanto es favorable y hermoso en las diversas manifestaciones de la cultura y del arte, las acusaciones que en todo tiempo se han lanzado sobre España fundándose para ello en hechos exagerados, mal interpretados o falsos en su totalidad, y, finalmente, la afirmación contenida en libros al parecer respetables y verídicos y muchas veces reproducida, comentada y ampliada en la Prensa extranjera, de que nuestra Patria constituye, desde el punto de vista de la tolerancia, de la cultura y del progreso político, una excepción lamentable dentro del grupo de las naciones europeas.

EL NOMBRE DE LAS CAPITALES DE LATINOAMERICA DE DODE VIENEN





EL NOMBRE DE LAS CAPITALES DE LATINOAMERICA DE DODE VIENEN





El nombre de Buenos Aires no tiene nada que ver con la pureza de la atmósfera (a pesar de que el aire de la ciudad sea relativamente bueno). Tiene origen en su primera fundación, en 1536, cuando era sólo un fuerte. El conquistador Pedro de Mendoza le puso “Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre” en honor a la virgen de Bonaira, venerada por los navegantes. Este culto había llegado a Cádiz y Sevilla a través de los marineros de Cerdeña.



Bolivia es un país con dos capitales: Sucre, según la constitución, y La Paz, capital de facto y sede del gobierno. Ambas se sublevaron en 1809 y fueron el punto de arranque de las guerras de independencia de Hispanoamérica. Con la república, la ciudad que hasta entonces se conocía como Chuquisaca tomó el nombre del libertador Antonio José de Sucre. “Nuestra Señora de La Paz” mantuvo el nombre religioso impuesto por el fundador Alonso de Mendoza en 1548.



En los últimos años, Santiago se ha posicionado como una de las grandes capitales modernas de Latinoamérica. La ciudad fue fundada en 1541 por el extremeño Pedro de Valdivia como capital de Nueva Extremadura, el nombre español de Chile durante la época colonial (que no prevaleció con el Virreinato del Perú). Valdivia le puso “Santiago de la Nueva Extremadura” en honor al Apóstol Santiago, patrono de España.




 Bogotá es una excepción, pero no lo ha sido siempre. Durante su fundación jurídica en 1539, los españoles le pusieron Santa Fe. Por la necesidad de distinguirla de otras ciudades con el mismo nombre, se la conocía extraoficialmente como Santafé de Bogotá, el nombre indígena de la que fuera la capital del pueblo muisca. Proviene de Bacatá, “cercado fuera de la labranza”.


Los arqueólogos creen que Quito ha sido habitada a lo largo de milenios. La tribu de los quitu ocupó la zona desde el 500 d. C. hasta que fueron conquistados por los quechuas. Hay varias teorías sobre la etimología de “quitu”. Algunos filólogos creen que proviene de la lengua cha’fiki y que significa “tierra en la mitad del mundo”, lo que demostraría un dominio asombroso de la cosmología.



El origen de México se confunde entre la leyenda y la historia. Los mexicas (es decir, los aztecas) fundaron su capital en medio de Anahuac, el Valle de México. Se creía que el significado de México en náhuatl era “ombligo de la luna”, en referencia al centro del valle, pero los expertos están convencidos de que en realidad deriva de Mexihtli, otro nombre para Huitzilopochtli —el equivalente azteca al dios Marte de los romanos.


Panamá es otra de las capitales latinoamericanas que se han convertido en una potencia y que gozan de una gran calidad de vida. El nombre proviene de los indios cueva, que desaparecieron tras la conquista española de Pedro Arias Dávila en 1519. Se cree que Panamá (que es una españolización del topónimo original) significa “abundancia de pescado y mariposas”.



El fuerte español que dio origen a Asunción fue erigido en 1537 tras una alianza con el pueblo de los carios, los indios guaraníes que habitaban el río Paraguay. En 1541 se fundó oficialmente como “La Muy Noble y Leal Ciudad de Nuestra Señora Santa María de la Asunción”. El nombre proviene de la advocación a la asunción de la virgen. La antigua Asunción es conocida como la “Madre de las Ciudades” porque desde allí partieron las expediciones de la segunda fundación de Buenos Aires y otras ciudades del cono sur.


Los españoles fundaron Lima en enero de 1535 y la llamaron “Ciudad de los Reyes”, por la proximidad al día de los Reyes Magos (que es el motivo por el que el escudo de la ciudad tiene tres coronas). Sin embargo, para los indígenas era una zona agrícola conocida como Limaq (la pronunciación quechua del río Rímac) y ése fue el nombre que prevaleció. El topónimo se refiere al “valle cercado de los Ichma”.



Se sabe que “Monte” es una referencia al cerro de la bahía de Montevideo. Sin embargo, el significado de “video” enfrenta a los filólogos. Es muy extendida la leyenda de que un marino de la expedición de Fernando de Magallanes gritó “¡he visto un monte!” (monte vide eu en portugués antiguo) al divisar el cerro. Montevideo también puede ser un acrónimo de “Monte VI De Este a Oeste”, la anotación con que los navegantes españoles distinguieron al cerro de los cinco anteriores que se ven navegando el Río de la Plata de este a oeste.


Los caracas fueron una tribu que habitaba uno de los valles costeros al norte de la actual ciudad. Eran conocidos por los conquistadores españoles, que se asentaron en la isla de Cubagua al descubrir grandes yacimientos de perlas durante el siglo XVI. Así fue como acabó adoptándose el término “Caracas” para referirse a toda la zona en general. En 1567, Diego de Losada cruzó el valle y fundó el pueblo de “Santiago de León de Caracas”. Santiago en referencia al apóstol y León, quizá, porque se fundó en el día de San León.










BERNARDO DE GALVEZ





BERNARDO DE GALVEZ





(Nacido en Macharaviaya, Malaga, España, 1746 - Tacubaya, actual México, 1786) Militar y administrador español. Hijo de Matías de Gálvez, vizconde de Galveston y virrey de Nueva España, Bernardo de Gálvez ingresó muy joven en el ejército, y con el grado de teniente de infantería intervino en la campaña de Portugal (1762); poco después marchó a América, donde en 1765 ya había adquirido fama en sus combates contra los apaches. Al cabo de siete años regresó a España, y posteriormente sirvió durante algún tiempo en Francia, donde completó su formación militar. En 1775 participó en la expedición de Alejandro O'Reilly contra Argel; herido de gravedad en el desembarco, fue ascendido a teniente coronel.


En 1776 pasó a América como gobernador de Luisiana, donde se casó con una nativa mestiza india-francesa, con la que tendría tres hijos. En la Guerra de Independencia de los Estados Unidos (1775-1783), Bernardo de Gálvez tomó partido por los independentistas norteamericanos contra los ingleses, y tomó en 1779 varios fuertes británicos (Manchac, Baton Rouge y Paumure de Natchez) en diversas acciones militares que supusieron en 1780 su ascenso a mariscal de campo.
Viajó entonces a Cuba para reclutar más hombres y fortalecer la intendencia de sus tropas, y atacó luego en Florida a los británicos, a los que derrotó en Mobile (1780) y Pensacola (1781), recuperando así enclaves estratégicos para la corona española y culminando la conquista dEn 1776 pasó a América como gobernador de Luisiana, donde se casó con una nativa mestiza india-francesa, con la que tendría tres hijos. En la Guerra de Independencia de los Estados Unidos (1775-1783), Bernardo de Gálvez tomó partido por los independentistas norteamericanos contra los ingleses, y tomó en 1779 varios fuertes británicos (Manchac, Baton Rouge y Paumure de Natchez) en diversas acciones militares que supusieron en 1780 su ascenso a mariscal de campo.
Viajó entonces a Cuba para reclutar más hombres y fortalecer la intendencia de sus tropas, y atacó luego en Florida a los británicos, a los que derrotó en Mobile (1780) y Pensacola (1781), recuperando así enclaves estratégicos para la corona española y culminando la conquista de Florida Occidental. Por estas victorias Carlos III le concedió la capitanía general de Luisiana y Florida y el título de conde de Gálvez (en cuyo escudo, a petición real, figuraron un bergantín y la leyenda “Yo solo”).
Tras su designación como capitán general de Cuba, en 1784 sucedió a su padre como virrey de Nueva España, puesto en el que debió afrontar los efectos de una grave hambruna, que combatió impulsando importantes obras públicas. Bernardo de Gálvez resultó un virrey muy popular. Asistía con asiduidad a romerías, fiestas públicas y corridas de toros; durante una serie de duras heladas que azotaron el virreinato, costeó de su propio bolsillo la compra de frijol y maíz para los pobres. Inició la instalación del alumbrado público y la construcción de las torres de la catedral de México, ordenó la reconstrucción del castillo de Chapultepec y continuó con la construcción de la carretera a Acapulco.e Florida Occidental. Por estas victorias Carlos III le concedió la capitanía general de Luisiana y Florida y el título de conde de Gálvez (en cuyo escudo, a petición real, figuraron un bergantín y la leyenda “Yo solo”).
Tras su designación como capitán general de Cuba, en 1784 sucedió a su padre como virrey de Nueva España, puesto en el que debió afrontar los efectos de una grave hambruna, que combatió impulsando importantes obras públicas. Bernardo de Gálvez resultó un virrey muy popular. Asistía con asiduidad a romerías, fiestas públicas y corridas de toros; durante una serie de duras heladas que azotaron el virreinato, costeó de su propio bolsillo la compra de frijol y maíz para los pobres. Inició la instalación del alumbrado público y la construcción de las torres de la catedral de México, ordenó la reconstrucción del castillo de Chapultepec y continuó con la construcción de la carretera a Acapulco.



viernes, 20 de enero de 2017

FRANCISCO SANCHEZ FERNANDEZ ( EL TIO CAMUÑAS)




FRANCISCO SANCHEZ FERNANDEZ ( EL TIO CAMUÑAS)






Francisco Sánchez Fernández (11 de septiembre de 1762CamuñasToledoEspaña - 13 de noviembre de 1811Belmonte), más conocido como Tío Camuñas o Francisquete, fue uno de los más famosos guerrilleros de La Mancha durante la Guerra de la Independencia Española.


Francisco Sánchez Fernández nació a las seis de la mañana del 11 de septiembre de 1762 en Camuñas (Toledo), hijo de Pedro Sánchez Sierra y de María Fernández Cano, ambos naturales y vecinos del mismo pueblo, aunque ella podría tener procedencia de Navalpino. Fueron sus padrinos Francisco Redondo y su mujer María Sánchez, tía carnal del recién nacido, al que ponen el nombre de su padrino. La partida de nacimiento la extendió el Ldo. Fr. Don Miguel Bermúdez, el día 16 de ese mes. Camuñas sirve también para asustar a los más pequeños entre 1-5 años de edad. Para que se porten mejor.
Su vida transcurre de forma apacible en Camuñas donde se casa el 30 de mayo de 1785, a los veintitrés años de edad, con Águeda María Martín de Consuegra, natural de Madridejos, con la que tiene seis hijos: Hilario (14 de enero de 1788), Mauricia (1793), Antonio Eustaquio (15 de abril de 1796), Antonio Pantaleón (27 de julio de 1798), Francisco (muerto en 1809) y Ramona de la Cruz (14 de septiembre de 1800). Se cree que su profesión era la de correo, lo que le serviría posteriormente en su etapa como guerrillero, debido a su agilidad a caballo y al conocimiento de la zona.
Su hermano, Juan Pedro Sánchez, debió ser un personaje notorio en Camuñas. En 1804 hubo un pleito entre el alcalde y el cura ecónomo para determinar a quién correspondía el control de la fiesta del Corpus Christi y el nombramiento de piostres, siendo Juan Pedro el de la Cofradía del Santísimo Sacramento, nombrado por el cura. Este juicio marcó el devenir de Juan Pedro, ya que cinco años más tarde, el 23 de abril de 1809, un edil municipal, el afrancesado Vicente Hidalgo Saavedra, de 51 años de edad, uno de los integrantes del Ayuntamiento con el cual mantuvo el pleito, fue asesinado por él cuando acompañaba a unos soldados franceses en su busca, hechos que tuvieron lugar en la calle del Pozo Nuevo, junto a la vivienda de los hermanos Sánchez, sita en el número 22.
Un mes después de este incidente, el 21 de mayo, se produce un nuevo asalto de los franceses a la casa de los hermanos. Francisquete logra escapar saltando las tapias y huyendo al campo pero su hermano es alcanzado por varios disparos y retenido en el Ayuntamiento hasta que el 28 de mayo es ajusticiado por “los enemigos de Alcabuzes”, denominación que el cura párroco realiza de los franceses, siendo colgado en una de las aspas del Molino Viejo (hoy Molino de La Unión). Este episodio es narrado por Enrique Rodríguez-Solís en su obra Los guerrilleros de 1808: Historia popular de la Guerra de la Independencia


Invadida España por los franceses, Francisquete y su hermano Juan Fernández, fueron de los primeros que en la Mancha salieron a campaña contra los imperiales. En una de las acciones se vieron obligados a refugiarse en Camuñas; perseguidos por los franceses se encerraron en su casa, que, transformada en una fortaleza, costó a los imperiales mucha sangre y muchos hombres muertos antes de llegar a conquistarla. Agotadas las municiones, Francisquete logró salvarse, pero su hermano, menos feliz, no pudo seguirle. Excitado por los franceses se entregó a ellos, bajo palabra de que le conservarían la vida… más apenas le tuvieron en su poder le colgaron de las aspas de un molino, gozando en verle morir en aquella especie de tormento propio sólo de inquisidores.
Francisco, al saberlo, lloró lágrimas de sangre, y sobre el cadáver de su hermano juró no entregarse al sueño, ni probar alimento alguno, ni apagar la sed por más devoradora que fuera, sin antes vengar a aquel mártir, cuyo valor y heroísmo habrían respetado los soldados de cualquier ejército que no fuera el de Napoleón. Francisquete cumplió su juramento, y hasta que algunos franceses no borraron con su sangre la de su hermano, ni bebió un sorbo de agua, ni comió un trozo de pan, ni durmió una sola hora.


Este hecho de la muerte de su hermano, unido a los abusos de la dominación francesa sobre la localidad y al fallecimiento de su hijo Francisco el día 13 de julio a los diez años de edad, al que no puede hacer más exequias que la sepultura, impulsa a Francisco a recorrer los pueblos vecinos llamando en su auxilio a algunos amigos. Reúne a treinta hombres a caballo, hábiles tiradores y jinetes, y comienza su lucha contra los franceses, quienes popularizarán la frase "¡Que viene el tío Camuñas!", que gritan horrorizados al verle llegar por su fama de despiadado.


Con su campo de actuación en el camino real desde Madridejos a Despeñaperros, el Tío Camuñas se convierte en uno de los más importantes guerrilleros de La Mancha. Estas son algunas de las actuaciones contra el ejército francés que sobre él se narran:
  • El 5 de octubre de 1809 ataca con sus 40 guerrilleros a 80 soldados que estaban en La Guardia, matando a once, hiriendo a siete y poniendo en fuga a los restantes.
  • El 24 de octubre ataca a un destacamento francés en Puerto Lápice, acuchillando a varios soldados y haciendo prisioneros al resto.
  • En diciembre de 1809 escolta con sus guerrilleros desde Madridejos, hasta donde lo había hecho El Empecinado, hasta Valdepeñas, a Juan Antonio Miranda, que viaja acompañado de su familia desde Madrid a Sevilla como enviado de la Junta General para avisar de la invasión de Andalucía que Napoleón y el mariscal Soult estaban preparando.
  • En abril de 1810 sorprendió en Lillo a un destacamento de 120 franceses que trataron de refugiarse en las casas. Ante la amenaza de incendiarlas si no se rendían, todo el destacamento se entregó finalmente prisionero.
  • El 10 de mayo apresó un gran convoy compuesto por sesenta carros cargados de tabaco, pólvora y otros efectos.
  • El 17 de mayo, dos soldados de su partida que iban de avanzada, se apoderaron, entre los montes de Consuegra y Mora, de las valijas que llevaban un correo francés y otro español; corrió en su auxilio la escolta que los custodiaba, compuesta por cincuenta soldados que huyeron al llegar Francisco y sus compañeros.
  • En la tarde del 24 de mayo de ese mismo año, se encontró con una partida de 400 infantes y 90 caballos que se dirigían desde Alcázar de San Juan a Mota del Cuervo, causándoles algunas bajas.
  • Entre el 20 y el 25 de mayo de 1810, ataca a un destacadamente enemigo cerca de Las Chozas del Ciervo, junto a Pedernoso, obligando a los franceses a retirarse a San Clemente.
  • El 28 de mayo su partida es citada para dirigirse a Cuenca y oponerse al ejército francés, que desde Cañete avanzaba sobre la ciudad.
  • En Santa Cruz de la Zarza, su lugarteniente Martín Almarza ataca a los franceses, apoderándose de un cargamento con tres carreterías de sal, matando a trece soldados y llevándose cuatro prisioneros.
  • El 6 de junio debía amagar y luego atacar a la retaguardia enemiga por Saelices y Uclés.
  • El 15 de junio, mientras se encuentra siguiendo y vigilando a las tropas enemigas que se han retirado de Quintanar de la Orden, buscando la oportunidad de atacarlas, se le manda que deje la observación y se incorpore a la retaguardia de Tarancón, uniéndose a la partida de Miguel Díaz y a otras que merodean por Belmonte.
  • El 20 de julio acomete a un destacamento de ochenta dragones que custodiaban en las cercanías de Toledo treinta toros que los franceses pretendían hacer lidiar en esta ciudad a los españoles el día de Santiago, cogiendo los toros y llevándose prisioneros la escolta y los vaqueros. Esta hazaña es narrada también por Rodríguez Solís en Los Guerrilleros de 1808 de forma detallada.
  • Días después de esta última intervención, se presenta en Tomelloso desafiando a la guarnición francesa, compuesta por 200 infantes y 40 caballos, causándoles 50 bajas entre muertos y heridos. Posteriormente, sabedor de que un importante convoy de 70 carros con cartuchos, plomo y otros efectos va a pasar por Consuegra, lo ataca de improviso en una revuelta del camino, trabando un reñido combate que dio por resultado apoderarse del convoy y causar a los franceses 60 bajas.
  • El 2 de noviembre, el comandante de guerrillas Díaz es enviado para arrestar y conducir a la presencia del brigadier Osorio a Francisquete y a su hijo Hilario, con tres más de la partida, por haber maltratado a un guerrillero de la partida de Díaz y desobedecer las órdenes del general Blake, jefe del Ejército del Centro, advirtiéndose que ese arresto y conducción se hiciera “con el decoro y distinción que el gobierno le ha dispensado”.
  • El 16 o 18 de diciembre, el guerrillero Díaz prende a “El Capador”, de la partida de Francisquete, que había quitado un caballo a la partida de Díaz, a primeros de octubre.
Durante este periodo, muere su esposa Águeda y se casa en segundas nupcias con Josefa Romero, la cual aparece como su mujer tanto en la partida de defunción de Francisquete como en la suya propia.

El 12 de noviembre de 1811, hallándose Francisquete en la villa de Belmonte junto con su partida, es sorprendido y rodeado por unos destacamentos franceses, a las órdenes del general d'Armagnac, jefe de la columna llegada de Tarancón. Hacen frente a las tropas francesas pero finalmente es herido y hecho prisionero junto con los escasos hombres que le quedaban.
Francisquete fue fusilado el 13 de noviembre de 1811, a los 49 años y tras tres de lucha, en las murallas de Belmonte, enterrándose al día siguiente por mandato del general francés en la Iglesia Colegial de la localidad, con asistencia del Ilustre Cabildo y con toda solemnidad. En la misma encrucijada fueron muertos Benito Cano, natural de Camuñas, y Miguel Bázquez.
En la actualidad, "el Tío Camuñas" ha quedado en la cultura popular de varios lugares de España como una forma de asustar a los niños. En Asturias se dice que vive en los tejados o desvanes, de los que baja para llevarse a los niños. En algunos lugares de León se utilizaba la expresión "pareces el tío Camuñas" para llamar a alguien desaseado y astroso. En Extremadura se asusta a los niños con la frase "que te lleva Camuñas". En los Pirineos oscenses es una denominación familiar del diablo con la que se asusta a los niños.
En su pueblo natal de Camuñas es un ídolo recordado generación tras generación y conmemorado el primer fin de semana de agosto desde el año 2008 por motivo del bicentenario de la Guerra Napoleónica. Da nombre a una calle del municipio "Calle de Francisquete". En la plaza del ayuntamiento, glorieta del soriano, se alza un busto en bronce que representa su imagen realizada por el ceramista y escultor Gregorio Peño. En el Ayuntamiento, se conserva un cuadro que fue pintado por Lucio Sahagún Torija tomando como modelo a uno de los descendientes del famoso guerrillero. En el pueblo donde fue fusilado, Belmonte (Cuenca), el 12 de noviembre de 2011 y con motivo del segundo centenario de su muerte, la asociación "La Partida de Camuñas", la asociación local "Infante D. Juan Manuel" y representantes de los Excmos. Ayuntamientos de Belmonte y Camuñas lo homenajearon y se le otorgó el nombre de una de sus calles, "Calle Tío Camuñas" y una segunda placa donde se mencionan unas palabras del propio Francisquete extraídas de una carta enviada al General Nescencia, que rezan así: "Yo no he estudiado nada, pero sé por la luz natural, que un pueblo oprimido es un pueblo que sufre violencia".