martes, 29 de noviembre de 2016

Coco Chanel, antisemita y homófoba reconocida, espía nazi después de robar una empresa a unos judíos de París





Coco Chanel, antisemita y homófoba reconocida, espía nazi después de robar una empresa a unos judíos de París



Pierre Wertheimer y su hermano Paul , grandes hombres de negocios , judíos parisinos -montaron la casa de maquillaje Bourjois, la mayor casa cosmética de los años´20-En 1924, Coco Chanel se asoció con ellos y creó Parfums Chanel. El 70% de la nueva compañia era de los Wertheimer y aportaron no sólo su capital sino también su experiencia para poder vender el perfume Chanel Nº 5. Todo iba bien, pero en  mayo de 1940 los nazis toman París. Coco Chanel, que se sentía  “aria” se dirigió a las auoridades nazis y solicitó que la empresa pasara legal y totalmente a sus manos por la sencilla razón de que sus socios eran judíos. Lo que no sabía Coco era que los hermanos no eran tontos y antes de huir a Nueva York habían puesto a un cristiano -Félix Amiot- como director de su parte en la compañía.

Coco Chanel, entonces, se retiró a vivir en los cuarteles generales del nazismo de París: el Ritz, sin importarle un bledo los rumores sobre su “romance” con el jefe de la inteligencia nazi, el barón Hans Günther von Dincklage, embajador y espía que murió en su dorado retiro de Mallorca en tiempos de Franco, concretamente en 1974.
Lo cuenta todo el periodista norteamericano Hal Vaughan, en su obra “Durmiendo con el enemigo: Coco Chanel…” recopilatorio de documentos desclasificados por el gobierno francés donde ella aparece como espía ,  Agent 7124. Y sabía lo que decía porque él mismo fue espía durante diez años, como se supo tras su muerte , en  2013.
Al parecer, según Vaughan, Chanel aprendió el antisemitismo de su novio, Paul Iribe (fallecido en  1935) que se dedicaba a la ilustración con caricaturescas represnetaciones esteriotipadas de los judíos. Como socialité que era en el París más mundano que había, Iribe, para hablar de los Rothschild , se refería a ellos con el despectivo término del slang francés « youpins », porque no merecían ni siquiera ser llamados juifs. De este señor también aprendió a ser homófoba integral.

Mientras tanto , Coco se acostaba en el Ritz con un apuesto embaucador nazi que buscaba toda la información posible, Walter Schellenberg, quien fue el que la adiestró en las artes del espionaje para Hitler. Cuando liberaron París ella estaba en la cama con él y fue detenida -luego liberada-pero cuando años más tarde , después de lo de Nuremberg, él murió, fue ella quien se ocupó de todo, incluso de pagar su entierro.
Al acabar la guerra comenzó el litigio con los hermanos judíos que ella había denunciado. Finalmente, cuenta  Forbes, los trámites procesales concluyeron con la toma de una decisión de común acuerdo que incluyó la renegociación del contrato original de 1924. Así Chanel cortaba la posibilidad del escándalo público.  El 17 de mayo de 1947, la diseñadora recibió ganancias de las ventas del Chanel Nº5 en tiempos de guerra, por un valor de  400 000 dólares. Además, Pierre Wertheimer acordó una disposición inusual propuesta por la propia Chanel en la que aceptó pagar todos los gastos que la diseñadora realizara —desde los triviales a los más costosos— durante el resto de su vida.
 Su vida derivó convirtiéndose en  una tirana, huraña y maleducada viejecita solitaria -no tenía apenas amistades- que murió de un ataque de corazón , sola, en el Ritz, donde llevaba viviendo 30 años.

viernes, 25 de noviembre de 2016

Adelfopoiesis, bodas entre personas del mismo sexo en la Edad Media y ¡en la Iglesia!





Adelfopoiesis, bodas entre personas del mismo sexo en la Edad Media y ¡en la Iglesia!

LA HOMOXESUALIDAD EN LA IGLESIA CATOLICA



El término adelfopoiesis viene del griego y significa “hacer hermanos”. Era en realidad una ceremonia en la que se unían dos personas del mismo sexo, generalmente varones, para una convivencia que en principio se pensaba fraternal pero que al parecer camuflaba en muchos casos una relación íntima y profunda. Eran dos personas que se unían en un matrimonio verdadero. Este rito se dio en la Edad Media y principio de la Edad Moderna en varias iglesias cristianas, especialmente en Oriente.

El ritual que se seguía es descrito por el teólogo ortodoxo Pável Florenski en su libro del año 1914 ” La columna y el fundamento de la Verdad. Ensayo de teodicea ortodoxa en doce cartas”, tomados de unos escritos bizantinos del siglo IX. Explica Florenski que no se trataba de amor erótico, sino de una unión de almas, una unión espiritual para seguir mejor, conjuntamente, las enseñanzas de Cristo. Actualmente se cree que posibilitaban la unión, en todos los sentidos, de dos personas del mismo sexo. En el ritual se colocaban los “hermanos” ante el atril, en la iglesia, el mayor de los dos a la derecha, se leían textos ejemplarizantes y se recitaban oraciones. En segundo lugar se unía a los dos miembros de la pareja con un cinturón y se le daba a cada uno una vela encendida.Se les ofrecía como regalo una copa para los dos. Se recitaban más letanías y se leían lecturas del Nuevo Testamento. Después de un Padrenuestro se daban la mano y giraban alrededor del atril. Para finalizar había un intercambio de besos y unos cánticos. No era necesaria la presencia de un sacerdote y, en algunos casos, se obviaba la ceremonia y la pareja, simplemente juraba su unión ante el altar de su iglesia y en la puerta anunciaba a la comunidad que se unían en “adelfopoiesis”.

Esta unión era, prácticamente todos los sentidos, igual a un matrimonio y entre otras cosasles permitía heredar uno de otro. También contemplaba el hecho de poder ser enterrados juntos. Así se explica la existencia de un conjunto de tumbas medievales con dos nombres de varón en Inglaterra e Irlanda. El historiador John Boswell encontró en los Archivos Vaticanos 80 manuscritos originales de la celebración de estas bodas entre personas del mismo sexo. En ellas se nombran como protectores de estas uniones a San Sergio y San Baco, mártires, que estuvieron unidos por una relación adelfopoiética.



jueves, 24 de noviembre de 2016

Los orígenes de Acción de Gracias: los españoles lo celebraron 56 años antes que los peregrinos ingleseses




 Los orígenes de Acción de Gracias: los españoles lo celebraron 56 años antes que los peregrinos ingleseses



El Día de Acción de Gracias, una de las fiestas más emblemáticas de EE.UU, tiene su origen oficialmente en el año 1621, cuando un grupo de peregrinos (los puritanos ingleses) celebró en Plymouth, en el actual estado de Massachusetts, el final de la cosecha compartiendo su comida con los indígenas de la zona. Sin embargo, como han defendido recientemente varios historiadores del estado de Florida, los conquistadores españoles habían protagonizado celebraciones de características similares al menos en 1565 y en 1598, sobre lo que hoy es suelo americano.

Se quiera o no EE.UU. tiene profundas raíces hispanas. Los estadounidenses han consagrado en su memoria colectiva la llegada de los puritanos ingleses como el génesis de su nación, bajo el sello de una colonización anglosajona, desdeñando así la labor civilizadora y evangelizadora de España desde el sur de los Estados Unidos hasta el mismo corazón del continente. La presencia del Imperio español en el Norte del Nuevo Mundo se remonta a principios del siglo XVI y desmonta muchos de los mitos fundacionales de este país.

La historia convencional de Norteamérica considera punto de origen de su nación la llegada de un barco llamado el «Mayflower» a Plymouth en 1620, donde un grupo de puritanos ingleses –cansados de las supuestas concesiones de su país a la Iglesia Católica– estableció varias colonias permanentes en lo que luego fue conocido como Nueva Inglaterra. No obstante, sobredimensionar la importancia de aquel episodio ha terminado por solapar una realidad histórica inapelable: el primer asentamiento europeo en Norteamérica, San Agustín de Florida, había sido fundado por Pedro Menéndezde Avilés 56 años antes.

Tras más de medio siglo impidiendo que cualquier otra nación europea se estableciera permanentemente en el continente descubierto por Cristóbal Colón, los españoles vieron una grave amenaza en los planes franceses de levantar una colonia en la zona del norte, explorada desde la llegada hispánica pero sin asentamientos fijos. Así, un grupo de hugonotes (los calvinistas de Francia) desembarcó en febrero de 1562, en el estuario del río conocido hoy como el St. Johns River, y se estableció al sur de Carolina. Sin víveres ni apenas recursos, los pocos supervivientes tuvieron que regresar a Francia al cabo de varios meses. Pero pocos años después, otra expedición francesa mejor preparada consiguió establecerse en Florida, sobre la región actual de Jacksonville, en lo que fue bautizado como Fort Caroline.

El éxito de la incursión hizo saltar las alarmas en la corte madrileña, desde donde se decidió enviar a uno de sus marinos más prestigiosos, Pedro Menéndez de Avilés. Tras dispersar la flota francesa y tomar posesión del lugar en nombre del Rey de España el 28 de agosto de 1565, el almirante asturiano se ayudó de la tribu saturiwa –hartos de la presencia gala– para encontrar y atacar el asentamiento hugonote. Con 50 soldados, Menéndez dio caza a los habitantes de Fort Caroline y ordenó algo duramente criticada por toda Europa: ejecutar a todos los prisioneros. Desde España se justificó la medida, desde el punto de vista legal, como la habitual cuando se capturaban a piratas. Los Reyes españoles consideraban que todo el continente les pertenecía por derecho y cualquier intrusión estaba considerada piratería.
Solo un mes después de la fundación de San Agustín, Pedro Menéndez de Avilés celebró una comida muy parecida a lo que se conmemora por Acción de Gracias en honor a sus aliados saturiwas. El menú probablemente incluyó pavo, venado y guiso de cerdo salado. Además, europeos y nativos asistieron después a una solemne misa cocelebrada por cuatro obispos españoles.

A finales de siglo, en 1598, el explorador español Juan de Oñate organizó una gran celebración en las orillas del Río Grande, también con miembros de tribus nativas, después de liderar a los colonos en una ardua caminata de 563 kilómetros por el desierto mexicano. Un episodio histórico muy parecido al organizado 23 años después, en 1621, por los 50 colonos ingleses llamados «pilgrims» (peregrinos), que compartieron su comida con sus vecinos, los amigables indios Wampanoag. En ambos casos se trataron de encuentros entre civilizaciones muy distintas con el objeto de agradecer a Dios que seguían vivos a pesar de su lucha desigual contra los elementos.

Sin embargo, hay que recordar que la colonia de Plymouth ni siquiera era la primera fundada por ingleses en el norte del continente. En 1583, la Reina Isabel I de Inglaterra autorizó al pirata Sir Walter Raleigh a fundar una colonia al Norte de Florida, a la que llamó Virginia. Fue en esta tierra donde otro grupo de peregrinos y de indios compartieran una comida dos años antes que en Plymouth. Lo que ha llevado a muchos historiadores estadounidenses a defender que fue en Virginia donde se celebró por primera vez la festividad. De hecho, la compañía de Londres que envió a estos peregrinos, al enterarse del acto de fraternidad entre civilizaciones, ordenó que la fecha se marcase como la celebración anual de Acción de Gracias.